Es un poco después de la 1 am y ya debería estar dormida pero no pude irme sin escribir al menos esta pequeña nota. Al ser mi día 0 aún tengo entusiasmo y motivación, cosas que no suelen presentarse juntas, al menos en mi caso.
Francamente esto me parece una reverenda estupidez pero algo tiene que se distinto esta vez, por eso he llamado a este diario Intento 1,523. En menos de 6 meses me caso y por todos lados siento el impulso de ser distinta, no sólo en mi apariencia, sino en mi vida y mis decisiones. Este pequeño grano de arena que soy en este inmenso universo tiene que tener una misión, ¿no? Mínimo alcanzar "la-mejor-versión-de-mi-misma" (lo que eso signifique) ¿o cómo es este rollo?
Iré al grano. Este es mi intento 1,523 de construir una buena relación con la comida. Por la introducción parecía que fuera a curar el cáncer o algo así, pero no, sólo soy la común y corriente yo y su pleito (¿?) eterno consigo misma, con sus carnes extra y con las lechugas y ejotes que me amenazan desde el refrigerador. Tengo 36 años y en menos de 6 meses me caso. No quiero seguir pesando casi 90 kgs, o mejor dicho, me rehúso a sentirme mal conmigo misma el día de mi boda, y aunque definitivamente no voy a encontrar la cura del cáncer y posiblemente tampoco encuentre las respuestas a las grandes preguntas de la humanidad, sí quiero llegar a algún lado con todo este asunto: o me acepto con 90 kgs o me enflaco, no hay más.
Hoy es el día 0. Es más de la 1 am lo que significa que ya empiezo a fallarle a hacer "todo aquello que nos haga bajar, como dormir suficiente". La sopa de repollo se enfría sobre la estufa y la bonita jarra de agua con rebanadas de fruta de colores lo hace en el refri. Me asusta un poco la restricción, es todo lo que puedo sentir ahora. Dicen que el miedo sólo cambia la emoción y no el objetivo, así que soltaré mis carnes y me dejaré llevar. Mañana es el día 1 y de pensarlo ya tengo hambre y ya me quiero comer todo aquello que está "prohibido". Que chistosos somos los humanos. La agarramos contra los alimentos como si tuvieran el poder de meterse en nuestras bocas y acomodarse en nuestras cinturas. El sólo pensar en lo prohibido me hace desearlo. Este va a ser un largo camino.